Se trata de Grupo Broda, una organización que está liderada por dos hermanos de 31 años. Sus proyectos en gastronomía, facility management, retail finanzas y real estate. Los negocios que desarrolla su company builder y cómo buscan crecer con foco en la sustentabilidad y la innovación.
Santiago y Joaquín Barbera son la cuarta generación de una familia que hoy está al frente de Grupo Broda, una empresa multirubro de origen mendocino con más de 70 años de trayectoria que factura $ 5.000 millones y prevé terminar el año con 600 empleados. Con negocios en gastronomía, retail, facility management, servicios financieros y real estate, entre otros, también tiene su propio company builder, con el que se expanden en negocios de la nueva economía. Todo, aseguran, bajo dos pilares: innovación y sustentabilidad.
El puntapié inicial fue el restaurante La Marchigiana, comandado por la bisabuela de Santiago y Joaquín, que todavía tiene sus puertas abiertas en la misma locación. “A partir de ahí, hace 5 años, cuando nos hicimos cargo de la gerencia, empezamos a expandirnos a industrias más escalables”, cuentan los mellizos, de 31 años, que gracias a una consultoría externa detectaron las fortalezas y debilidades de cada uno para así dividir las tareas. Ambos estudiaron en la Argentina y en el exterior y tuvieron experiencias laborales también a nivel local e internacional.
Al principio, Joaquín era el CEO y Santiago estaba al frente de las operaciones. Pero cuando hicieron la consultoría encontraron que Joaquín tenía más fortalezas en emprendedurismo y visión global y de largo plazo, mientras que Santiago las tenía en gestión. Así fue como compatibilizaron sus habilidades y, desde entonces, Santiago es el CEO de Grupo Broda y Joaquín es el de Broda Lab, el company builder. Por fuera de ellos, otro de sus hermanos trabaja en la gerencia de RR.HH. y Sustentabilidad, y los demás son accionistas.
“Manteniendo los pilares de innovación y sustentabilidad, entramos al negocio de facility management, sobre todo el servicio institucional de alimentación”, explican los Barbera. Así, encontraron una industria con numerosos desafíos y respondieron con diferenciales, como la disminución del uso de plásticos de un solo uso, la incorporación de chicos con autismo en la planta de producción y la utilización de energías limpias en busca de la neutralidad de carbono. De ahí, el siguiente paso fue hacia el mundo de las finanzas, con una sociedad de bolsa que brinda asistencia financiera a PyMEs e individuos. “Hicimos una alianza con Andrea Grobocopatel, de Resiliencia SGR, para tener la representación, y estamos armando los primeros fondos de inversión dedicados a Empresas B y empresas de la UIA para que tengan más liquidez y generar facilidades de financiamiento”, cuentan.